La canción de la espada, Bernard Cornwell


Ah, parece que fue ayer cuando me regalaron "El rey de invierno", debido a mi interés por la novela artúrica, de la que acababa de quedar mas que harto despues de leer a Marion Zimmer Bradley y a Stephen Lawhead. La cara que se me quedó debió ser todo un poema. Sin embargo, aunque lo leído se parecía poco a la historia habitual, no tardé en darme cuenta de que era una historia cojonuda. Y desde entonces hasta aquí: los 3 del señor de la guerra, la trilogía de "Arqueros del rey", compuesta de "Arqueros del rey", "La batalla del grial" y "El sitio de Calais", curiosísimas traducciones de la trilogia "The grail quest", compuesta por "Harlequin", "Vagabond" y "Heretic", y llego aquí a la cuarta entrega de Uhtred de Bebbanburg.

Como puede suponerse de lo anterior, soy un gran aficionado a Bernard Cornwell. Me parece el mejor escritor que conozco de novelas de aventuras de la actualidad. No tengo conocimiento suficientes para juzgarle en el aspecto histórico. Las notas que incluye al final dan la sensación de que sabe muy bien de lo que habla, pero que ha menudo distorsiona acontecimientos históricos para adecuarlos a su narración. La recreación de las épocas me parece muy buena, y al contrario de lo que suele suceder, sus personajes nunca parecen personas del siglo XX trasplantadas al pasado. Son hijos de su época y suelen ser guerreros. Son sanguinarios, burros y supersticiosos. Y se les acaba cojiendo cariño, o al menos, se hacen simpáticos. Uthred es un buen ejemplo de ello. En este volumen ya va entrando en la madurez, y se va alejando poco a poco del patán impulsivo de los primeros títulos, aunque aún persistan sus ataques de ira. Aún así, sigue siendo tan capaz de traicionar a sus señores como de renunciar a un reino por defender a un compañero de armas, de forrarse con sobornos y tráfico de influencias como de arriesgarlo todo por el bien de un ser querido, y no diré mas por el tema de los spoilers.

Leer las andanzas de Uhtred de Bebbanburg es sumergirse en el salvajismo y la debacle. Sin omitir en ningún momento los horrores de la guerra, ni la brutalidad y la tosquedad que la impregnan, compartimos la alegría de Uhtred al destripar a sus enemigos, y el gozo que le embarga en los combates en los que se ve constantemente envuelto, la belleza que encuentra en el caos y los incendios, aunque también las pequeñas alegrias de la vida cotidiana y su profundo pesimismo, Uthred solo cree en la inevitabilidad del destino, en la persistencia de la fama y en la guerra, que barrunta como la única constante del mundo.

El destino que no puede evitar, le lleva una y otra vez a defender los intereses de Alfredo "el grande", personaje a quien no para de describir como un meapilas, un beato cercano al fanatismo religioso, un obseso de las normas ... en fin una descripción aparentemente muy negativa, que contrasta grandemente con las notas que aparecen al final de los libros de la serie, en las que se habla de "la gran obra de Alfredo", y cosas así.

Subyace en el fondo el contraste entre la civilización (relativa, esto es la edad media), y la barbarie, entre el orden y el caos, Uthred, aunque sajón, es en el fondo el ideal de vikingo, es un salvaje que ejerce su libertad por la espada, y Alfredo es un monarca que intenta imponer orden en el mundo, a base de leyes e iglesias. Incapaces de comprenderse el uno al otro, las circunstancias y los juramentos conspiran para aliarlos una y otra vez. Y a veces me da la sensación de que, aunque no se fie de él, en el fondo Alfredo siente cierta simpatia por su reticente servidor.

También hay un fuerte anticlericalismo, que ni que Cornwell fuese español. El cristianismo es mostrado de un modo decididamente negativo, incluso con desprecio, cosa que también ocurría en la saga arturíca del mismo autor, aunque también aparecen personajes cristianos positivos.

Cornwell además de todo esto, es un escritor muy hábil, a las ya famosas escenas de batallas, que han llegado a convertirse en un estándar, une una gran capacidad de cambio de registro, que le lleva a combinar en volúmenes breves, la aventura, el melodrama, un sorprendente lirismo y un gran sentido del humor, algo cuartelero en ocasiones, pero muy fresco, repleto de diálogos chispeantes.

Entonces, ¿como está este libro?, pues bien, entretenido, una historia emocionante y sangrienta, con la que se pasan muchos ratos amenos. El único pero que le veo, es que se parece mucho a otras obras del mismo autor. Para mi gusto, lo mejor que hizo fue la trilogía del señor de la guerra, mas que nada porque tenía un plan organizado y cuidaba mas los personajes. Todo lo que le he leído después parece un poco anárquico, como si se lo fuera inventando sobre la marcha, al estilo de "como paso de todo lo que ocurrió en el anterior ejemplar de esta serie para mantener al protagonista en movimiento y meterlo en otra batalla". Y se parecen mucho unos a otros, no he leído a Sharpe, y "Stonhege" y "El ladrón de la horca", tienen pinta de ser distintos, pero el resto se parecen mucho unos a otros, no es un escritor que evolucione e intente cosas nuevas. Se limita a dar a su público lo que espera de él.

No es algo que me moleste, cuando yo soy parte de su público, y aunque siempre prepare el mismo guiso, se trata de un plato muy de mi agrado. Por cierto, que nadie se crea que esto es el último número de una tretalogía, el quinto "The Burning Land", ya ha salido en el extranjero.

Comentarios

  1. Bueno, que decir de este autor, más divertido imposible.(quiza Ennis lo supera, pero en el contexto de los Comics, claro)
    Sus personajes son muy reales, bien colocados en el contexto histórico y con ganas de seguirles la pista para disfrutar de sus andanzas, todo aderezado con un sentido del humor algo cruel pero ajustado a la época y muy divertido.

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  2. Por un lado, lo lógico sería poner algo e los comentarios para que se den cuenta de que lo sigo, pero la verdad, es mucho mas facil contestarte directamente. Por lo demás, no hay mucho que hablar, porque los dos tenemos básicamente la misma opinión sobre el autor.

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