“Parentesco” de Octavia E. Butler
Debo confesar que lo primero que me atrajo de este libro, fue una especie de morbo. La idea de una joven negra de los año setenta que se ve trasladada en el tiempo y el espacio, al sur de los estados unidos, en la época previa a la guerra civil, me pareció la pesadilla definitiva. No podía concebir que algo peor le pudiera ocurrir a una mujer. Afortunadamente “Parentesco” no se compone sólo de momentos truculentos, aunque los tenga.
He dejado las etiquetas “Fantástico” e incluso “Ciencia ficción” por el tema de los viajes por el tiempo. Aunque tiene alguna reflexión del estilo: "no puedo permitir que tal persona muera, porque es un remoto antepasado mío", las paradojas del viaje por el tiempo tienen poco importancia. Creo que las intenciones de Octavia Butler estaban dirigidas a dos frentes. Por un lado, una recreación histórica de la vida en una plantación del sur que denuncie el horror de la esclavitud, por otro profundizar en la psique y los sentimientos de las personas que se criaron en ese horror. Lo que lleva a unos seres humanos a comportarse de modo tan repugnante con otros seres humanos y lo que lleva a otros a aceptarlo.
Mis conocimientos históricos no me permiten juzgar si la recreación es correcta. Lo parece, pues da bastantes detalles que no recuerdo haber visto nunca en películas o series de televisión, pero no tantos como para agobiar al lector.
He dejado las etiquetas “Fantástico” e incluso “Ciencia ficción” por el tema de los viajes por el tiempo. Aunque tiene alguna reflexión del estilo: "no puedo permitir que tal persona muera, porque es un remoto antepasado mío", las paradojas del viaje por el tiempo tienen poco importancia. Creo que las intenciones de Octavia Butler estaban dirigidas a dos frentes. Por un lado, una recreación histórica de la vida en una plantación del sur que denuncie el horror de la esclavitud, por otro profundizar en la psique y los sentimientos de las personas que se criaron en ese horror. Lo que lleva a unos seres humanos a comportarse de modo tan repugnante con otros seres humanos y lo que lleva a otros a aceptarlo.
Mis conocimientos históricos no me permiten juzgar si la recreación es correcta. Lo parece, pues da bastantes detalles que no recuerdo haber visto nunca en películas o series de televisión, pero no tantos como para agobiar al lector.
El relato transcurre a un ritmo pausado, casi diría sosegado, punteado por momentos de extrema brutalidad que Octavia Butler describe con pulcritud, sin cargar las tintas en ellos, pero sin omitir ningún detalle que pueda herir la sensibilidad del lector. Sin embargo los fragmentos mas inquietantes los he encontrado en el interior de las mentes de sus protagonistas, cuando plantea lo fácil que puede llegar a ser aceptar lo intolerable como parte de la vida, como uno se amolda, sin darse cuenta a las normas de la sociedad que le toca vivir.
Como en la vida real, los personajes de Butler tienen más de una cara y muestran tanto defectos como virtudes. La misma persona que en unas circunstancias puede resultar entrañable, en otras se comporta con una violencia mezquina. Aunque, evidentemente, los blancos salen mucho peor parados que los negros en su retrato, estos tampoco salen incólumes. Hay esclavos que denuncian a otros esclavos, a pesar de que, en el fondo, no les vaya a reportar ningún beneficio, que se aferran a una posición de un ligero privilegio y se despreocupan de los demás, o que simplemente, se comportan de modo injusto con los demás, aunque también haya otros que muestren su solidaridad.
Tal vez influido por la actualidad, a veces me parecía que, en realidad, Octavia E. Butler de lo que en realidad estaba hablando es de la violencia de género, como si la plantación de esclavos de la novela fuera una metáfora de la familia de un maltratador. El germen de la tragedia con que concluye la novela, es el amor, el amor posesivo y destructivo de un hombre capaz de torturar a una o varias mujeres para mantenerlas a su lado y el amor, quizá sólo afecto, pero que es el afecto sino amor, de una mujer que le lleva a perdonarle todo a ese hombre y a aferrarse a la esperanza de que puede cambiarlo.
Es un libro que se lee con una facilidad pasmosa, prueba del evidente talento de su autora. Los abundantes y conmovedores diálogos son, sencillamente, magistrales. La única pega que le pondría, es que Dana, su protagonista, aunque no sea una superheroina, es demasiado perfecta. Es la brújula moral de la novela. Por mucho que ella misma recalque los momentos en que está aterrorizada o mete la pata, lo cierto es que siempre se comporta de modo valiente, noble y generoso. Siempre paciente, siempre tiene las palabras justas. La admiro, pero no sé si me la creo del todo.
Octavia E. Butler me ha dejado una muy buena impresión. Tengo que buscar la trilogía que publicó Ultramar.
Como en la vida real, los personajes de Butler tienen más de una cara y muestran tanto defectos como virtudes. La misma persona que en unas circunstancias puede resultar entrañable, en otras se comporta con una violencia mezquina. Aunque, evidentemente, los blancos salen mucho peor parados que los negros en su retrato, estos tampoco salen incólumes. Hay esclavos que denuncian a otros esclavos, a pesar de que, en el fondo, no les vaya a reportar ningún beneficio, que se aferran a una posición de un ligero privilegio y se despreocupan de los demás, o que simplemente, se comportan de modo injusto con los demás, aunque también haya otros que muestren su solidaridad.
Tal vez influido por la actualidad, a veces me parecía que, en realidad, Octavia E. Butler de lo que en realidad estaba hablando es de la violencia de género, como si la plantación de esclavos de la novela fuera una metáfora de la familia de un maltratador. El germen de la tragedia con que concluye la novela, es el amor, el amor posesivo y destructivo de un hombre capaz de torturar a una o varias mujeres para mantenerlas a su lado y el amor, quizá sólo afecto, pero que es el afecto sino amor, de una mujer que le lleva a perdonarle todo a ese hombre y a aferrarse a la esperanza de que puede cambiarlo.
Es un libro que se lee con una facilidad pasmosa, prueba del evidente talento de su autora. Los abundantes y conmovedores diálogos son, sencillamente, magistrales. La única pega que le pondría, es que Dana, su protagonista, aunque no sea una superheroina, es demasiado perfecta. Es la brújula moral de la novela. Por mucho que ella misma recalque los momentos en que está aterrorizada o mete la pata, lo cierto es que siempre se comporta de modo valiente, noble y generoso. Siempre paciente, siempre tiene las palabras justas. La admiro, pero no sé si me la creo del todo.
Octavia E. Butler me ha dejado una muy buena impresión. Tengo que buscar la trilogía que publicó Ultramar.
¡Hola!
ResponderEliminarte he conocido gracias a esta novela que estoy leyendo y que me está gustando mucho. También me ha gustado la crítica que le has hecho a la novela. Volveré por aquí...
Saludos!
Muchas gracias por tus palabras. Es un placer tenerte por aquí. Ultimamente parece haber una especie de revival de la obra de Octavia Butler. Recientemente se han editado "La estirpe de Lilith" y "La parábola del sembrador".
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